martes, 28 de julio de 2009

Primer plato


Parapapapará, umm… qué bien se está en la terraza, 35 graditos tostando mi cuerpo tras una mañana de estrés, mi música, el sol, un vasito de sangría y el viento moviendo las palmeras, umm, qué bueno. Y sí, no estás, ni quiero que estés, para mí el plato principal. Estuve cocinando con mucho mimo y cuidado, te avisé para el corte de patatas, sabes que nunca se me dio bien, también para las cebollas, ya te dije que me producen un llanto incomodísimo - porfa mira el fuego que no se pase - pero te quedaste mirando al otro lado de la cocina, y mientras mi delantal se ensuciaba, me corté con el cuchillo y lloré sin parar , logré sacar el plato adelante, si señor,salió muy rico, sabroso, en su punto, se deshacía en la boca.
- Perdón, no te he entendido. ¿Qué quieres venir a comer de mi plato? – Ah no, eso si que no. Lo siento, no estás invitado. Cariño no te lo tomes a mal, no es un castigo para que veas la moraleja del cuento, es que si lo último que me apetece es compartir mesa y mantel, imagina ducha y cama. No pasa nada, igual de esta aprendes a cocinar solito ¿Quién sabe? … -

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Igual aprende, oyes, que de la necesidad siempre se hace virtud, je je

Me alegra volver a verte por aquí

Un besito,

Divina nena dijo...

Gracias los pasos. Quién sabe...
Besos

pau dijo...

Eso de cocinar no se me da nada bien y en los findes siempre me toca. Cojo la parrilla, la enciendo y le voy echando de todo, y queda la mar de bueno. Ya ves...
Lo de la cebolla es la leche. Dicen que hay un truco.