Según las estadísticas sociológicas hay un porcentaje mayor de suicidas en personas de cierta inteligencia que entre los que se pueden considerar normalitos (Séneca, Virgina Wolf, Ernest Hemingway..). Pero más allá de esto, a mi que me gusta observar a las personas, bien de a pie, bien celebridades de todo tipo, encuentro que aquellos que son realmente inteligentes a menudo son muy infelices, o al menos viven picos muy intensos de infelicidad. Paradójico en un principio ¿no?. Intento buscar una explicación lógica a este comportamiento, supongo que como todo en la vida es fruto de varios factores.
Por un lado, objetivamente, la sociedad en la que vivo, no parece estar dispuesta a cobijar a personas inteligentes. Si bien si lo está para grandes figuras del deporte, héroes del cine, políticos que dirigen guerras…, no hay que ser un fiera para vislumbrar que el interés principal de un país desarrollado no es otro que la pasta, pasta que generan los héroes antes mencionados, y que además nos distraen de lo verdaderamente importante, personas manifestándose por la bajada a segunda de su equipo de futbol es un simple ejemplo; ustedes saben bien de lo que hablo.
Por otro lado, y al hilo de una frase muy de mi tierra “al arbolito se le hace desde pequeñito”, y no es una moda, basta con asomarse a cualquier patio de colegio para ver como los más listos se ven excluidos por otros niños, a estos les llaman “raros”, de manera que ven interrumpido su crecimiento social, y si bien continúa su desarrollo intelectual con total normalidad es posible que vea mermado incluso su lado emocional, en ocasiones dejará a un lado sus “rarezas” para involucrarse en el trato social de los normales. Ojo estos niños, aun con su intelecto, no dejan de ser personitas con miedo ante el mundo, sin embargo hay veces en que los propios padres, profesores…creen que en su capacidad de hacer frente a cualquier adversidad, “porque mi niño es mu listo y puede con esto”. Viven solos las situaciones de dificultad, pues los adultos no creen que necesiten ayuda, y los críos pasan de juntarse con los raros.
Resultado, o bien además de inteligente son un poco listos y van donde va Vicente, intentando crecer intelectualmente en su intimidad, o terminan siendo personas con serios problemas de adaptación social, de hecho una gran mayoría de delincuentes están intelectualmente por encima de la media, aún siendo analfabetos, no supieron manejarse de otra forma en el patio del colegio.
Aún así, yo que intento ser positiva siempre, creo que esto está cambiando, gracias, en parte a que vivimos en la era de la tecnología, pues anda que no hay “raritos” que son considerados dioses por sus logros, descubrimientos y trabajo en general en este ámbito.
Como último apunte, y para terminar mi reflexión sobre los picos de infelicidad en “inteligentes normales”, considero que las personas inteligentes perciben con más fuerza las tristezas de este mundo, la propia tragedia del ser humano, analiza con intensidad sus propias miserias, lo que considera sus carencias…, sin contar con que además las expectativas, los propósitos de su vida, son mayores, y difícilmente alcanzables, lo que conllevará una gran frustración.
A mi niña con gafas, preciosa manzanita
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