domingo, 9 de octubre de 2011

Tres - III Parte

III. Hola señorita fría, es usted muy bonita. Hola, gracias.


Hola ¡cuanto tiempo sin verte!. Hola, si, bueno estuve un tiempo fuera.


Hola ¿te apetece tomar algo?. Hola, si bueno, una cerveza.


Hola ¿como estás? lo pasé muy bien contigo la última vez. Hola, si bueno, fue divertido.


Hola, no esperaba tu llamada. Hola, si bueno, estoy de viaje y mañana vuelvo a la ciudad, hay una película chula en el cine y, bueno, te llamo por si te apetece ir. Hola, he alquilado una peli de miedo, se que no te gusta ver estas pelis sola, te llamo por si te apetece verla juntos en mi casa. Hola, si bueno, no me gustan porque realmente no me dan miedo, a ver que tal está.


Hola, te llamo porque este finde estrenan una obra de teatro y pensé que tal vez te apetecería venir conmigo, tengo ya dos entradas. Hola, si claro, hace mucho que no voy al teatro, gracias.


Hola, ¿vas a hacer algo este puente que viene? ya hace buen tiempo, conozco un pueblo de costa que te encantaría. Hola, no tengo plan, suena muy bien, bueno, vale, vamos.


Hola, podíamos hacer algo juntos este verano. Hola, si, algún país distinto, ya veremos.


Hola, te quiero. Hola, yo también.


Buenos días señorita.


Buenas noches amor.

sábado, 8 de octubre de 2011

Tres - II Parte

II. Su voz al teléfono primero, sus manos se rozaron en aquel estrecho pasillo gris un día cualquiera. Ella era una niña preguntona y muy intuitiva, eso creía al menos, intuyó que el estaba cargado de respuestas. El estaba encantado de responder a todas las cuestiones que ella le planteaba, al fin alguien valoraba sus tan profundos conocimientos de la vida, y entre preguntas y respuestas se abrió una cajita, sin darse apenas cuenta ambos despertaron, sin darse apenas cuenta se enredaron en un baile de lenguas, sin darse apenas cuenta perdieron el tan ansiado control de sus vidas, sin darse apenas cuenta enfermaron.
El juego de preguntas y respuestas no terminaba, sólo que el ya no sabía que contestar, ella enojó pues no daba crédito a aquella situación, creyó que el siempre respondería, el, por vergüenza tal vez, en lugar de reconocer su derrota, desaparecía y regresaba hasta que ella volvía a la carga con la batería de preguntas, desaparecía y regresaba porque este juego, como todos, contaba con el factor adictivo. Enfermos que necesitaban su dosis, se entregaban al juego de manera desmedida, provocaba miedo a lo que les observaban, sabían en cada despedida diaria que esto terminaría por destrozarles pero el rato que jugaban se procuraban un placer tan intenso que el valor de sus vidas pasaba a un segundo plano.

Un día les vi haciendo el amor desde mi ventana, lo comprendí todo, el la tomaba como a una niña pequeña primero, la dejaba en la cama con una ternura paternal, ella le miraba con pasión y parecía que pidiese amor a gritos con el brillo de sus ojos, el encima, a ella apenas se la veía ya, el le pedía que abriese las piernas, obedecía y la penetraba durante largo rato, ella recibía ese amor que momentos antes le suplicaba, el no podía dejar de mirarle a la cara, esa belleza le provocaba una nueva erección y volvían a hacerlo una y otra vez, ella desde abajo se agarraba fuerte a su enorme espalda y cuando terminaban el se dejaba caer sobre su pequeño cuerpo, solo unos instantes, luego la volvió a tomar y la llevó al baño, me sorprendí a mi misma con una lágrima asomando mi cara, cuando el la metió en la bañera con una delicadeza extrema, le lavó el pelo, un pelo larguísimo, luego las axilas, siguió y se detuvo con mimo en el sexo, ella cerraba los ojos y cuando terminó y la secó la volvió a dejar en la cama, se vistió, de nuevo una impecable camisa azul y se marchó. Me extrañó después de tantísimas muestras de pasión y amor que la dejase allí dormida.

La pobre niña preguntona se mudó de mi edificio a los dos años, tardé en volver a verla, me alegré mucho, la recordaba con una expresión triste en sus bonitos ojos, viajaba sola, decía que era muy independiente, yo imaginaba que el la seguiría dejando dormida y huyendo sin respuestas, pero su rostro se veía ahora más relajado. Me enteré, que con ayuda de sus familiares y amigos, tras una profunda recaída que la llevó a enfermar, pudo superar la adicción, fue un año intenso de cura, lenta y tenazmente lo logró. Al menos eso decía...


jueves, 6 de octubre de 2011

Tres - I parte




I.- Alguien se fija en vos, no te sentías linda, pero le miraste de casualidad y el miró para siempre. No pudiste negar, aprendiste tu peor fallo, a decir a todo que sí. Bastaban cartones con sucedáneos de cartas de amor, incluso con faltas ortográficas para aprender la primera lección. Si, yo también te escribiré los más hermosos versos, además ¿que hacen sino los adolescentes enamorados de su primer amor?, esto es tan bonito,me haces tanto caso, me haces sentir tan hermosa, me haces sentir tan normal. Bastaba la idea de una vida acorde a los tiempos tradicionales, bastaba la idea de seguridad emocional, segunda y definitiva lección, si, quiero. Mirá vos, ¡qué valiente! la nena es arriesgada, dio un si rotundo, forjó sus pasos en ese si, sobre ese si pasó alguna temporada. No pudiste reafirmarte por más tiempo, lo intentaste...ahora solo queda saber si de veras aprendiste a decir NO, o solo fue un ensayo pequeña sabionda.

Amor - Enamoramiento y otras palabras manidas y ñoñas

Cuando estás tristes tiendes a pensar que no hay una tristeza mayor, igual ocurre cuando tienes un problemón, cuando sientes una alegría inmensa, y también cuando amas, sin embargo es cuando te enamoras, palabra fea donde las haya, cuando se te olvidan los sentimientos, emociones, sensaciones vividas en los anteriores enamoramientos, pues el mundo en ese momento gira en torno a ese amor. Los problemas vividos y superados sirven para resolver los siguientes, en cambio nos negamos a pensar que ese amor del instante, de la etapa, del momento... pudiera llegar a compararse con algo que ya no está en nuestras vidas, normalmente porque algo no funcionó, pudiera ser porque el amado o amada dejaran este mundo, si, pero lo normal es simplemente porque terminó, y termina, incluso te puede quedar la sensación de que ya no podrás amar de esa forma en la vida. Y es cierto, de esa misma no, obvio, cada persona es distinta de la que camina hasta en la misma dirección, ¿como no va a serlo la que camina en distinta?.