Tu que llegaste por casualidad, tu que... no, eso son canciones, ni vos llegaste por casualidad, ni mi forma de acariciar tu espalda lo es, ni los encuentros casuales para ir al cine en tardes de invierno, ni las escapadas excusa, nada lo fue y nada es casual entre nos, podría serlo, tal vez sería lo idóneo, lo lírico, lo literario,como si los momentos vividos tuviesen su propia banda sonora. Es cobijo, un lugar dónde resguardarnos de nuestras mentiras, de nuestras miserias, un baile de lenguas sin fin, dedos que se quedan prendidos de mi sexo como si así pudieses llevarte para ti solo lo que se esconde tras las miradas que te dedico mientras me vengo, crees que esta pequeña muerte acabará conmigo y nos confundimos y mi boca, que también se viene, se prende entonces de tu sexo como si pudiese tragarme todo lo que escondes mientras sujetas mi cabeza con violencia y sensualidad, y exhaustos nos confundimos con caricias de aparente ternura, y pequeños besos revestidos de cariño, y se cruzan las miradas y no hay banda sonora, y nos damos la vuelta, y espalda contra espalda nos guardamos de que ninguno saque el afilado cuchillo, y cerramos los ojos, y ninguno ha revelado verdad alguna. No existe, porque ni vos ni yo somos dueños de esta cama, tuya o mía, ninguno, sólo el miedo lo es. Buenas noches Señor X.
sábado, 11 de junio de 2011
Y nos confundimos
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6 comentarios:
abriste la caja de pandora..., ahora ya todo importa un poco menos...que hermoso que lo haces
una gozada volver a leerte...!
Gracias, es un placer volver a esta vida paralela, con los desasosiegos, las pasiones, y nosotros como espectadores unas y como actores otras.
gracias divina nena por tus relatos,los esperaba con ansiedad
¡Uf! Esto es morbo y sensualidad, y no el reportaje de El País Semanal. Un beso
Se te ha echado mucho de menos, Divina. Eras algo que tenía que volver a suceder.
Es lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo, "eras algo que tenía que volver a suceder"... Gracias
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