domingo, 3 de enero de 2010

El olvido



¿Dónde ha quedado? ¿Dónde está? Estoy triste, muy triste, llevo días intentando encontrarlo y no hay forma, cierro los ojos concentrada en la búsqueda, miro fotografías que me den pistas, busco en tus grandes ojos negros, intento recordar el tacto del pelito rubio de cuando el niño era pequeño, casi, casi… Se viene una tarde de sábado con lluvia en aquel piso tan chiquito, juntos los tres, obligándote a ver dibujos animados y aún peor a que te rieses con ellos, pero poco más. ¿Dónde fue a parar? ¿Dónde? Me gusta pensar que no lo encuentro porque como tu dices todo pasa por algún motivo, y tal vez éste sea que el presente es mejor que esos recuerdos que no tengo forma de encontrar, pero quisiera hallarlos para de alguna forma dar explicación a lo que hoy sucede y cómo me sucede. Tal vez no es más que una teoría de una psicóloga argentina, me da igual, quiero toparme con los años que ya no vendrán. ¿Por qué se pierden? Dime tu que todo lo sabes, dimelo tu que siempre has sabido responder, y por favor no me mandes a la enciclopedia que esto no está escrito.

3 comentarios:

Finn dijo...

Las dos últimas veces hemos actualizado nuestros respectivos blogs exactamente en la misma fecha... Quizá la inquietud no sea un estado puramente interno, sino más bien algo influído por factores externos que en cierto modo logran coordinarnos...
Feliz 2010,
Finn

PSYCOMORO dijo...

Las cosas siguen sucdiendo sin avisar demasiado; siempre he pensado que los recuerdos sólo se despliegan cuando los necesitamos; y no siempre son buenos, aunque demasiado a menudo son necesarios. Me gusta la luz de tu escritura, a pesar de que se refleje en duros instantes de tristeza.

Vagamundo dijo...

Porque el tiempo es una calle de doble sentido, aunque sin desvíos para cambiar de dirección.