domingo, 22 de agosto de 2010

II. El misterioso señor de la barba cana y los ojos bonitos


Bajo el techo de estrellas de la plaza te veo día tras día, en alguna ocasión te he visto bajo la luz del día, incluso una vez te vi bajo la luz del amanecer en escenario distinto. En aquel escenario fijaste tus pupilas dilatadas en las suyas, también dilatadas. Le parecieron un laberinto del que no sabía si quería salir, se le notaba, no importaba el tiempo, por una vez el no era dueño de su cuerpo, solo tu laberíntica forma de amar lo era, y entonces se derramó sobre tu piel escurridiza por el calor sofocante de la mañana ya entrada en horas traicioneras de mediodía. A ritmos de tangos, de los tuyos y de los suyos, golpeando el suelo mientras afuera las chicharras tocaban sus melodías desgarradoras. Nada importó durante aquella mañana, un baile de lenguas sinfín seguían a ritmo de Piazzola, cuerpos desconocidos que se encontraban encantados de conocerse, dedos prendidos en los rincones más recónditos provocaban gemidos ahogados en un vaso de ron aguado. De repente el ritmo se paraba, los amantes entrelazados se miraban fijamente, no hablaban, no había necesidad, sus ojos, sus bocas, su respiración lo hacían por ellos, y así cuando esta respiración rozaba lo agonizante volvían a enredarse en el baile sobre la tarima. Podían haber permanecido en este estado un par de días más, seguro, el alimento no era necesario, el agua no faltó en ningún momento, y el deseo podía luchar contra la vida que se sucedía afuera. No fue así, solo duró unas horas más, pero cuando el amante se despidió, quizá para siempre, y ella cerró la puerta, ví desde mi ventana la sonrisa placentera más pura que he visto en una mujer, se desparramó literalmente sobre su cama, exhausta, feliz, y satisfecha.
Luego te he seguido viendo, es lo que tiene vivir en el mismo barrio, pero mi necesidad de Voyeur con los habitantes de la plaza no ha cesado, el ver aquella escena, lejos de saciarme me ha provocado una curiosidad inusitada, desconocida en mi, pero hay algo en aquellas miradas, en tu forma de caminar, de caminar sobre la vida, se que hay algo que no está a la vista, algo en vos que es más profundo, tal vez una inteligencia propia de algunos genios que jamás es vista por los ojos de los demás, tal vez es sólo mi imaginación, sea como fuere seguiré indagando, como hago con el resto de personajes, aunque con vos es distinto. Por supuesto lo haré desde la distancia, a las personas que tienen escondidos los dones no hay que interrumpirlas, son seres libres, y como tales deben desarrollarse, prestarles el silencio si alguna vez lo necesitan, no más, porque hay ciertos silencios que hablan más que todas las palabras del mundo, como el sonido de la guitarra solita, sin voz, sin acompañamientos, no necesita de más, sería un crimen en algunas ocasiones…

2 comentarios:

NoSurrender dijo...

Seguro que le encantaría saber que te has fijado en él ;)

Besos!

Divina nena dijo...

Pero entonces perdería el encanto para una voayeur como yo ;-)
P.D. Me encanta verte por acá, un placer