miércoles, 11 de agosto de 2010

La guerrera


Sabe Dios que dolores callaste, que angustias te acompañaron en el camino, que alegrías reprimiste, que llantos en silencio te ahogaron. Y ha pasado el tiempo y pasa a cada momento que yo continúo tecleando, y sigo sintiendo ese grito callado que proviene de tu cuerpo encerrado en el tiempo, y por más que este haga de las suyas y se deje derramar por nuestras vidas veo en tu mirada el mismo temor que años atrás. Se, quiero pensar al menos, que un día te levantarás y sonreirás y le plantarás cara con ese carácter que tan solo se intuye pero que los que te amamos conocemos, y será una gran victoria, lo será porque aunque en tu piel solo veas las heridas de las guerras perdidas, al tiempo no le quedará otra que mostrarte lo que es tuyo, lo que te pertenece realmente. Al jodido paso de la vida no le va a quedar otra que mostrarse tal cual es, tal cual ha sido y será entonces cuando sientas la fuerza de la batalla ganada, las heridas de tu piel te parecerán medallas, las lágrimas derramadas agua que te permitió tragar mientras la lucha te dejaba sin aliento. Caminarás firme y consciente de esa firmeza nos mirarás a los ojos y verás en ellos la gran victoria, porque sola tu la ganaste, solita, lo que ocurre es que el sudor que cayó sobre tu frente te impedía ver como librabas una y otra, pero madre acá estamos por vos, personas que sienten el piso firme bajo sus pies, que se saben queridos y amados, que lloran y se caen pero que conocen de tu apoyo y entonces se levantan, no sin heridas, claro está, porque en esa batalla ganada fuimos tus pequeños soldaditos, y ahora que somos soldados que luchan en sus propias guerrillas nos ponemos a tu lado para librar las que se sucedan a partir de ahora. No sabe el tiempito este que tan buenos luchadores forjaste mientras el pasaba creyendo ser el vencedor.

2 comentarios:

PSYCOMORO dijo...

Bellísimo escrito, Divina. Tristeza y gritos de justicia contra los gestos implacables del paso del tiempo. Realmente emocionante el relato de proximidad y apoyo a alguien que supo luchar para saber ganar. Tu forma de escribir son impulsos que se te agarran al corazón. Tocan.

Divina nena dijo...

El tiempo, el implacable, a veces hace buenas obras, como este caso. Gracias por tus comentarios, un abrazo.