A poco más de un mes de sumar otro año, y llegando a la supuesta plenitud de mi vida, ya madura, por cierto, sigo sintiendo ese abismo que veía al mirar a mi interior cuando tenía catorce años. Siempre dividida entre el debe y el ser. Antes pensaba que no era una niña normal, ahora sé que lo normal no existe, pero las aparentes vidas de los demás me producen ese abismo.
Dios, sólo el, sabe que he luchado y lucho a diario por hacer lo que se debe, pero sólo el sabe que también lucho por ser yo, el problema es que no sé quién soy. Eso no saber lo que se quiere pero si lo que no, pues tampoco lo sé. Es como si dentro de mi hubiese encerrada una señora sabia que sabe que decir y hacer en todo momento, pero hay otra con no se sabe ni que edad pero que es proclive a los excesos, a la charla en demasía, a lo oscuro, a lo bello, a no pensar en el mañana, y joder controlar continuamente a lo largo de 41 años a esas dos señoras dentro de mi, no, no es fácil.Cualquier día es amable en mi vida, en general, o eso he creado, o eso he creído. Sólo tengo una certeza, una que no tenía con catorce años, y es que aunque la de los excesos, la que huye, quiera hacer una aparición estelar, se va a tener que joder, porque ahora hay una fuerza que hasta hace 6 años y pico desconocía, los hijos. Una sabe que como decía el poema de khalil gibran, que colgaba en la casa hippie de mi madre, "tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de si misma", y sí, es algo que sé y que deseo, que vuelen y sean independientes, pero ahora señora vida, ahora son míos, son mi responsabilidad, y mi deseo de amarles y cuidarles es la única certeza que he encontrado en estos años de mi vida.
Así que de nuevo aquí me encuentro, ahora en este lado de la vida, con el debe a cuestas constantemente, pero queriendo encontrar algo de mí en mis letras, como hice cuando vivía sola, porque sólo así seré capaz de recordar dentro de otros doce años algo de mi, y quizá algún día sea capaz de aceptarme tal y como soy.
Cargada de incongruencias, de ideas que nunca llegarán a materializarse, de deseos prohibidos, pero yo al fin y al cabo.