En una cafetería, sobre las 20:00 hrs,un hombre y una mujer sentados al final, él de espaldas, ella de frente, en una gran ciudad:
El: Uno se de despierta una mañana, se mira en el espejo, y dice “ya no soy joven” sale a la calle y los jóvenes te dicen “señor”, pasaste a otra sección, eres viejo. Pasa el tiempo, se te cae el pelo, se te cae todo, disfrutas de la buena comida, engordas… sin embargo a pesar de que vino el derrumbe, la hecatombe, vos sentís que sos joven, que estás lleno de energía ¿y que haces con ella? Porque no está bien visto que un hombre haga las cosas de un joven, yo no puedo gustarle a una chica de 18 años… porque yo ya soy un adulto…vos, este… a propósito, que ¿edad tienes?
Ella: (risas) veintitrés
El: pareces menor, pero bueno, a ver si logro terminar. Ese día preguntas ¿Qué he hecho yo de mi vida? ¿Qué me pasó? ¿Y mis ilusiones jóvenes? ¿Dónde están?
Ella: es injusto, hiciste cosas maravillosas…
El: Gracias, puede ser, pero eso no evita que yo tenga este sentimiento. Me quedé en la superficialidad de las cosas, lo único que hice fue nadar y nadar a brazo partido para tratar de no ahogarme en el fango, suena pretencioso, pero gráfico ¿eh?. Todo esto es para decirte que soy una buena persona, humilde, sencillo, y con una enorme frustración sentimental
Ella: (mira el reloj), Me tengo que ir
El: Quédate conmigo esta noche
Ella: ….
No sé ella, yo seguro que me hubiese quedado con aquél tipo que aseguraba ser buena persona, con sus frustraciones y sus ojos ávidos de ella, de su vida. Lo que no se es que hubiese hecho él a partir de esa noche, nunca lo sabré.
2 comentarios:
Hermosa escena. Nena, no tengo más remedio que enlazarte desde mi blog. Me has encantado.
Me encanta que te encante, un honor.
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